Decidir frente a un embarazo no deseado no es algo que siempre se resuelve con rapidez. Incluso cuando una mujer siente claridad sobre qué quiere hacer, puede aparecer una ola emocional posterior: culpa, tristeza, alivio, miedo a lo que dirán o incertidumbre sobre su propio cuerpo.

Como terapeuta sexual especializada en contención emocional, puedo decir que tomar una decisión no significa que todo esté resuelto internamente. La decisión puede ser clara y aun así doler. Puede ser correcta para ti y aun así traer culpa.

Muchas veces, las mujeres llegan al espacio terapéutico después de haber atravesado solas este proceso. Y allí, en la conversación, pueden por fin decir lo que no pudieron decirle a nadie: “Estoy aliviada y me siento culpable por sentir alivio”, “No me arrepiento, pero estoy muy triste”.

El acompañamiento emocional no busca resolver ni corregir, sino sostener con presencia, validar la experiencia y permitir que lo vivido tenga un espacio digno, libre de juicio. Porque el dolor compartido pesa menos, y porque a veces, lo único que necesitamos es que alguien escuche, de verdad.